Su rostro era ovalado y extremadamente bello: cada facción estaba finamente cincelada y era exquisita. Sus ojos eran grandes y brillantes y su cabeza estaba coronada por una cabellera ondulada de color negro azabache, sujeta en un extraño peinado. Su piel era algo cobriza, en contraste con la cual el rubor carmesí de sus mejillas y el rojo de sus labios hermosamente formados brillaban con un extraño efecto de realce.
Estaba tan desprovista de ropa como los marcianos que la acompañaban; es más, salvo sus ornamentos extremadamente labrados, estaba completamente desnuda y ningún tipo de ropa hubiera podido realzar la belleza de su cuerpo perfecto y simétrico.
Descubrí su existencia (como tantas otras cosas) gracias a Abotepronto, que celebra cada centena del blog con unas maravillosas ilustraciones de Bruce Timm de una menuda mujer vestida o mejor dicho, desvestida a la usanza de aquella princesa esclava de un mafioso sapo gigante en esa película que todos sabemos. Dvd confesó en alguno de esos posts que no era su personaje favorito, solo una rara tradición pero a mi me llamó la atención de inmediato, investigando descubrí unas espectaculares ilustraciones de Adam Hughes y de Frank Cho. Era Dejah toris, la princesa de Marte que enamoró a John Carter y yo la había conocido anteriormente sin saberlo a través de mi bienamado Frank Frazetta. Sigue leyendo →