Pues si, de esta guisa tengo mi casa ahora que es inminente nuestro viaje a la otra punta del globo. Como a mi me enseñaron a ser precavido pero no me enseñaron a estudiar (bueno si, pero se me olvidó) ando contaminándome a mí mismo y a mi parienta con publicidad subliminal desde hace dos semanas.
¿Que vas a la despensa a por un tentempié? pues los adverbios de cantidad. ¿que vas al baño? pues ¿donde está el baño?, que estás en la tele viendo tu serie favorita? pues podeis apreciarlo vosotros mismos.
A día de hoy conocemos todas las fórmulas cordiales, sabemos decir «no entiendo un pijo lo que me estás diciendo», socorro que fué el grito favorito de la despedida de soltera de mi futura, y «estás pa comerte tó y no dejar ni los huesos» (gracias Guillem) para que pueda practicar japonés en la intimidad del hotel.
Actualización: Esta mañana me he comprado el Kanji Battle, un juego de cartas diseñado para aprender japonés (dicen). Para empezar las reglas están en castellano pero a mí que no he jugado nunca a cartas roleras me suena a chino. Ya os contaré.